Las Revoluciones de 1848 fueron una serie de levantamientos políticos y sociales que ocurrieron en Europa, impulsados por el deseo de libertad, igualdad y derechos democráticos. Comenzaron en Francia, donde la caída del rey Luis Felipe llevó a la proclamación de la Segunda República. Estos movimientos se extendieron rápidamente a países como Alemania, Italia y Austria, donde los ciudadanos exigían reformas y un mayor poder político. A pesar de la energía y el apoyo popular, la mayoría de estas revoluciones fracasaron en lograr cambios duraderos. Las fuerzas conservadoras recuperaron el control, y muchos líderes revolucionarios fueron reprimidos. Sin embargo, las Revoluciones de 1848 sentaron las bases para futuros movimientos democráticos en Europa.