División de Checoslovaquia
La División de Checoslovaquia ocurrió el 1 de enero de 1993, cuando el país se dividió pacíficamente en dos naciones independientes: República Checa y Eslovaquia. Este proceso, conocido como la "División de la República Checoslovaca", fue el resultado de tensiones políticas y culturales entre las dos regiones, que habían coexistido desde 1918.
Ambas naciones acordaron separarse de manera amistosa, evitando conflictos violentos. La división fue formalizada mediante negociaciones y acuerdos políticos, y se llevó a cabo sin referendos, lo que la convirtió en un ejemplo de separación pacífica en la historia moderna de Europa.