El activismo social es un esfuerzo colectivo para promover cambios en la sociedad. Este tipo de activismo puede abordar diversas causas, como los derechos humanos, la justicia ambiental y la igualdad de género. Los activistas utilizan diferentes métodos, como protestas, campañas en redes sociales y educación comunitaria, para crear conciencia y movilizar a las personas hacia un objetivo común. A menudo, el activismo social se basa en la colaboración entre individuos y organizaciones. Grupos como Amnistía Internacional y Greenpeace son ejemplos de organizaciones que trabajan para defender causas sociales y ambientales. A través de su trabajo, buscan influir en políticas públicas y fomentar un cambio positivo en la sociedad.