Los tribunales de primera instancia son los órganos judiciales encargados de conocer y resolver los casos en su fase inicial. Su función principal es juzgar y dictar sentencias sobre asuntos civiles, penales, laborales y administrativos, dependiendo de la jurisdicción en la que operan. Estos tribunales son fundamentales en el sistema judicial, ya que son el primer nivel de acceso a la justicia. En muchos países, los tribunales de primera instancia están compuestos por jueces que tienen la responsabilidad de evaluar las pruebas y argumentos presentados por las partes involucradas. Las decisiones que toman pueden ser apeladas ante instancias superiores, como los tribunales de apelación, lo que permite un sistema de revisión y control judicial.