El liberalismo es una corriente de pensamiento político y económico que promueve la libertad individual, la igualdad ante la ley y la limitación del poder del Estado. Se basa en la idea de que las personas deben tener la libertad de tomar decisiones sobre sus propias vidas, siempre que no perjudiquen a otros. Este enfoque valora los derechos humanos y la democracia, buscando un gobierno que respete las libertades civiles. En el ámbito económico, el liberalismo aboga por el libre mercado, donde la competencia y la propiedad privada son fundamentales. Se opone a la intervención excesiva del Estado en la economía, argumentando que esto puede limitar la innovación y el crecimiento. A lo largo de la historia, figuras como John Locke y Adam Smith han sido influyentes en el desarrollo de estas ideas.