El conducto auditivo es un canal que conecta el oreja externa con el tímpano. Su función principal es transportar las ondas sonoras desde el exterior hacia el interior del oído, donde se procesan. Este conducto tiene una longitud de aproximadamente 2.5 centímetros en los adultos y está revestido de piel que contiene glándulas productoras de cera. La cera, o cerumen, ayuda a proteger el conducto auditivo de polvo, bacterias y otros objetos extraños. Además, el conducto tiene una forma ligeramente curva, lo que contribuye a su función auditiva. Cualquier obstrucción o infección en esta área puede afectar la audición y causar molestias.