Los campos de concentración son instalaciones donde se detiene a un gran número de personas, generalmente en condiciones inhumanas. Estos lugares se han utilizado en diferentes contextos históricos, como durante la Segunda Guerra Mundial, donde millones de personas, incluidos judíos y prisioneros políticos, fueron encarcelados. En los campos de concentración, los prisioneros a menudo enfrentan trabajos forzados, escasez de alimentos y condiciones de vida extremas. Estos campos son diferentes de las prisiones convencionales, ya que su propósito principal es la detención masiva y la represión de grupos específicos, en lugar de la rehabilitación de criminales.