Los satélites de observación son dispositivos que orbitan la Tierra y se utilizan para recopilar información sobre su superficie y atmósfera. Estos satélites están equipados con sensores y cámaras que permiten capturar imágenes y datos en diferentes longitudes de onda, lo que ayuda a monitorear cambios en el medio ambiente, el clima y el uso del suelo. La información obtenida por los satélites de observación es valiosa para diversas aplicaciones, como la agricultura, la gestión de recursos naturales y la respuesta a desastres. Además, estos satélites contribuyen a la investigación científica y al desarrollo de políticas para la sostenibilidad del planeta.