El grafito es una forma de carbono que se presenta en capas de átomos dispuestos en una estructura hexagonal. Es conocido por su alta conductividad eléctrica y térmica, lo que lo hace útil en diversas aplicaciones, como en la fabricación de lápices, donde se mezcla con arcilla para crear diferentes durezas. También se utiliza en baterías y lubricantes. Además, el grafito es un material importante en la industria de los materiales compuestos y en la producción de grafeno, una forma de carbono que tiene propiedades excepcionales. Su resistencia y ligereza lo convierten en un componente valioso en la tecnología moderna, incluyendo la electrónica y la energía.