Las cargas eléctricas son propiedades físicas de las partículas subatómicas que determinan cómo interactúan entre sí. Existen dos tipos de cargas: positivas y negativas. Las cargas del mismo tipo se repelen, mientras que las de tipos opuestos se atraen. Esta interacción es fundamental para entender fenómenos eléctricos y magnéticos. Las cargas eléctricas se miden en coulombs, que es la unidad estándar en el Sistema Internacional. La acumulación de cargas en un objeto puede generar electricidad estática, que se puede observar cuando frotamos un globo contra el cabello. Este fenómeno es un ejemplo cotidiano de cómo las cargas eléctricas afectan nuestro entorno.